jueves, 14 de enero de 2010

La Iglesia del Cristo Milagroso, Obra arquitecnotica del sigloXVIII



En su interior guarence al " Sr. de Güilá" cristo milagroso que se venera cada cuarto viernes de cuaresma, fecha en el que las festividades se rinden a este cristo; en el también se encuentra el santo patrono del Pueblo "Sr. San Pablo" quien a su honor se venera el 25 de Enero, con una festividad enmarcada con calendas, jaripeo y mañanitas al santo patrono.

para los que no les han contado, les compartimos la leyenda del Sr. De Güilá:

"Un señor que sufría tormentos inmensos consecuencia de quemaduras, presa de la sed, hambre y desvelos caminaba por las pedregosas veredas de los Mixes hacia el pueblo de Betaza. En su recorrido pidió hospedaje en muchas casas, mismo que le fue negado. Pensando seguir su camino encontró un chile seco y al salir por la vereda del pueblo, arrojó las semillas del chile hacia el pueblo, las cuales al caer se convirtieron en muchas niguas (que es un parásito molesto), que hicieron sufrir a las personas y a los animales.

Continuó su camino por la vereda que lleva a Yalalag, pasando por el centro de la población no quiso molestar a nadie si no que siguió rumbo a la orilla, en donde encontró una señora viuda y anciana que vivía rentando una casa. El desconocido le pidió hospedaje. La viuda al ver que el visitante tenía quemaduras por todo el cuerpo le pidió que pasara a descansar. Mientras ella se preguntaba así misma, que le habría pasado o si habría comido. Como no tenía más medios, salió a conseguir una sabana. Una vecina se la prestó, de regreso se puso a moler sus últimos granos de nixtamal pensando que al otro día tendría que conseguir prestado para comer ella, hizo unas cuantas tortillas y luego invitó a cenar al forastero, veía que cenaba, tomaba sus alimentos mientras ella molía sus últimos granos de nixtamal, pero las tortillas no disminuían, tampoco sus granos de nixtamal. Enseguida le arregló dos tablas, las cubrió con la sabana y le suplicó que descansara.


Al amanecer del día siguiente el huésped le dio las gracias y continuó su camino. Después de un rato la casera fue a ver el lugar donde había descansado el señor, se dio cuenta de que la sabana se encontraba igual, como si nadie la hubiera tocado y los trapos que le había puesto como almohada estaban igualmente limpios y debajo de ellos se encontraba una bolsa de dinero. La señora preocupada, pensando que se le habría olvidado al huésped y que aquel dinero sería para sus alimentos y medicinas, salió a toda prisa a buscarlo al camino.


Cuando lo vio a lo lejos le gritó con todas sus fuerzas que la esperara. Cerca estaba una ermita, el señor esperó ahí, la anciana viuda le entregó el dinero que había olvidado, a lo que el señor le contestó: Ese dinero te lo dejé para que lo ocupes en el resto de tu vida, y si alguien te pide, préstale sin egoísmo, para que tu pueblo sea rico y próspero, a quienes te pregunten por mí, diles que los espero en San Pablo Güilá, ahí tienen preparado un templo para mí.
Desde entonces la gente de fuera viene a visitar al señor de Güila (Chihuitan). Unas personas que visitaron al Señor, descansaron en un lugar que había agua, de sus pertenencias se les cayeron unas semillas que dieron origen a 3 ahuehuetes (ó sabinos) que se encuentra a un costado del templo de nuestro Señor de Güila.
La devoción por el santo patrono hace que propios y extraños lo visiten año tras año en la festividad del cuarto Viernes de Cuaresma. (tomado de un cuadro de la iglesia)

No hay comentarios:

Publicar un comentario